Antonio Sellés


BREVE BIOGRAFÍA PERSONAL

Psicólogo especialista en Psicología Clínica.
Terapeuta Gestalt.
Terapia individual para adultos, terapia de pareja y familiar en el ITG Castellón.
Experto en Psicopatología.
Máster en Análisis Transaccional.
Formación en Psicoterapia Corporal.
Miembro didacta y supervisor de la Asociación Española de Terapia Gestalt.
Formador de terapeutas en Castellón, Valencia, Almería, Las Palmas, San Sebastián, Granada y Madrid.
Docente en la Formación en Terapia Gestalt en el ITG Castellón.
Cofundador del Instituto de Terapia Gestalt de Castellón.
Profesor de yoga y meditación.
Editor de la revista Cuadernos Gestalt.

¿Qué aficiones tienes? ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

Me gusta el cine, la lectura, tocar alguna canción con mi guitarra, la filosofía, el yoga, el buceo…, pero sobre todo me gusta aprender cosas nuevas.

 

¿Cómo has llegado a ser terapeuta?

Pues por vocación y probando. Primero llegué a la convicción de que me interesaba trabajar con personas y luego fui tanteando en qué me sentía mejor y más útil. La psicoterapia me ofreció la posibilidad de sanear mis propios conflictos y eso me ayudó a decidir continuar por este camino; me entusiasmó estudiar el funcionamiento de la mente y la conducta y, luego, cómo la psicoterapia podía apoyar a las personas.

¿Cómo entiendes el sufrimiento humano?

Creo que hay sufrimiento en el mero hecho de vivir: accidentes vitales, crisis, dificultades variadas. Este es un sufrimiento inevitable que, si podemos orientar, nos hace crecer y madurar, desarrollar nuestras habilidades y potencialidades. Hay otro sufrimiento ligado a esquemas de pensamiento, a errores en las interpretaciones, a dar por buenos esquemas caducos o hábitos nocivos de vida o de pensamiento. Este es un sufrimiento que podemos trabajar.

 

¿Cómo imaginas el futuro?

El futuro más inmediato lo imagino para dirigirme hacia él y dar sentido a lo que hago en el presente. El otro futuro, el lejano e imprevisible, he decidido no imaginarlo, lo único que puedo decir de eso es que creo que habrá uno y que estará condicionado, en parte, por cómo se vaya dando el presente. Por esto prefiero confiar en lugar de imaginar, me da serenidad.