Vivir en el presente siempre es una buena idea.

En realidad, pensándolo bien, es el único tiempo en el que se puede vivir. Podemos dedicar un rato, del tiempo presente, a pensar en el pasado, recordar, añorar, invocar otros tiempos ya vividos.

O, igualmente, podemos dedicar algún rato a proyectar cómo creemos que será el futuro que todavía no hemos vivido, planear, preparar, imaginar actividades o encuentros que habremos de esperar que se confirmen o no…

Siempre es el presente el tiempo que estamos usando para cualquiera de estas «maniobras» de nuestra imaginación. El resultado es que nos parece estar en otro tiempo, pero seguimos en el presente, nos guste o no.

Bueno, yo noto con bastante claridad que, si lo que estoy viviendo ahora no me gusta, me resulta aburrido o difícil de manejar, doloroso, triste o cualquier otra variante; la fantasía de vivir en otro tiempo se facilita mucho más. Y lo que hay que atender en el presente sigue igual, cuando vuelvo de mi viaje por el tiempo tengo que enfrentarme absolutamente a todo lo que dejé.

También me resulta muy visible el hecho de que «dándole vueltas» a mi cabeza no soluciono nada. Descubrí hace tiempo que, de alguna forma, mantenía la impresión de que pensando lograría solucionar lo que fuera que me preocupaba, ya sea del pasado o del futuro. Esa idea era una mera creencia irracional, no tenía ninguna base real, no me funcionaba para lo esperado y, además, suponía un esfuerzo inútil que tenía consecuencias muy negativas: nerviosismo, sentimientos molestos, síntomas de ansiedad…

Quizá por estas cosas aprendí a meditar.

La facilidad con que estas formas automáticas de pensamiento se consideran «normales» puede hacer que las personas no se planteen que existe otra posibilidad.

Pero ¡claro que la hay! Nuestra capacidad de aprender también llega a estos temas. Meditar es una de las técnicas más depuradas para conseguirlo. Aprender a dirigir el pensamiento, a no ser manejado por él, a parar los torbellinos de la mente, etc. es algo asequible para todxs, está en nuestra naturaleza desde niñxs, aunque poco a poco lo hemos olvidado.

El éxito de esta tarea tiene que ver únicamente con seguir un buen método y con practicar. No hay nadie predispuestx o que no valga para ello. Solo método y práctica, práctica, práctica.