Volver… ¿a qué rutinas?⁣⁣

Solía pasar en septiembre que al terminar las vacaciones nos hastiaba la vuelta a las rutinas de nuestra vida normal: trabajo, crianza, estudios, familia, etc.⁣⁣

A menudo sentíamos que nos faltaba la energía, o nos sentíamos tan bajos de humor que hasta usábamos la palabra «depresión» para explicar esta sensación. Esto nos ocurría antes cuando sabíamos a qué rutinas estábamos volviendo después de las vacaciones. Pero, ahora, ¿qué ha pasado con ellas? Este otoño viene acompañado de rutinas que se han transformado y de otras que ni siquiera conocemos aún.

⁣⁣Aunque en ciertas condiciones las rutinas pueden provocarnos cansancio y desmotivación, también pueden darnos sensación de estabilidad y seguridad en nuestro entorno. Ahora han cambiado y, probablemente, ante estas novedades nuestras emociones son diferentes a las de otros años.

⁣⁣«No olvides la mascarilla», «usa el gel», «distánciate», «¿con quién nos vemos y cuántos vamos a ser?», «¿llamamos a los abuelos o no?», etc. ⁣⁣

Tener que hacer este esfuerzo para cambiar nuestros hábitos puede provocarnos desconcierto, inseguridad, irritabilidad, sensación de pérdida, tristeza e incluso rabia, quizá sentimos autoexigencia o exigimos demasiado a los demás.⁣⁣

O quizá podemos darnos la oportunidad de mirar cómo afrontamos lo nuevo, lo desconocido, para darnos cuenta de «qué nos pasa con lo que nos pasa» y hacernos responsables de ello incorporando aceptación, confianza, apoyo, aprendizaje y autoconocimiento como nuevos modos de gestionar la adversidad.⁣